¿Qué es un embarazo psicológico? Es un trastorno poco frecuente, pero que suele ser muy difícil para quienes lo padecen. Se trata de una condición en la que se presentan síntomas, pero no pueden explicarse por la presencia de una enfermedad orgánica (real), sino más bien por alteraciones psicológicas.

Los síntomas de un embarazo psicológico son muy similares a los de uno real: ausencia de menstruación, aumento de peso, náuseas, hinchazón abdominal y dolor de senos.

No se le puede considerar sólo una invención de la mente, sino una situación que responde a una compleja interacción entre lo psicológico, fisiológico y lo social.

Respecto al factor psicológico, en muchos casos, el detonante principal es el deseo de quedar embarazada, especialmente en mujeres que han intentado concebir sin éxito; esto puede llevar a la mente a crear la ilusión de un embarazo real.

La mayor prevalencia se observa asociada a depresión mayor, psicosis o ansiedad sobre la fertilidad que puede generar una respuesta emocional tan intensa que se manifiesta en síntomas físicos. En estos casos hablamos del embarazo psicológico como consecuencia de estos tres trastornos, los cuales pueden provocar que la persona altere su percepción de la realidad y cree una “realidad alterna”.

De igual forma, las expectativas sociales y culturales sobre la maternidad pueden tener un impacto significativo. En algunas culturas, ser madre es considerado uno de los mayores logros de una mujer, y puede generar presión social para cumplir con ese ideal, así como detonar miedo, angustia o frustración al no poder ser madre y no cumplir con las expectativas sobre la persona.

Aunque la causa principal del embarazo psicológico está en la mente, los cambios hormonales también pueden cumplir un papel importante; existen datos acerca de algunos padecimientos orgánicos capaces de influir en la alteración de hormonas del embarazo, como la prolactina, causando una sintomatología similar a la de un embarazo.

¿Cómo se trata un embarazo psicológico? El tratamiento requiere un enfoque multidisciplinario. Por un lado, la intervención médica se enfoca en tratar los síntomas físicos y hormonales, mientras que el tratamiento psicológico aborda las causas emocionales que están detrás del trastorno: angustia, deseo y necesidad de cumplir expectativas, entre otras. Es importante mencionar que cada caso es diferente y, por ello, tiene un modo único de tratamiento.

El embarazo psicológico es un fenómeno que revela el increíble poder que la mente puede tener sobre el cuerpo. Aunque puede ser un proceso doloroso para quien vive esta condición, es de suma importancia entender sus causas.

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