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“¿Qué hago para que mi hijo(a) me obedezca? Ya no sé qué hacer, es muy rebelde y muy grosero(a) conmigo, ya no me respeta”. Son demandas y expresiones muy comunes de los padres cuando no se respetan límites y reglas en casa.
En las siguientes líneas podrá darse cuenta de que, a fin de que su hijo(a) respete los límites y reglas para educar a los niños, primero, debe trabajar emocionalmente con usted; segundo, hacer una revisión de sus estilos educativos: ¿cómo educar de manera correcta a los hijos?, para finalmente, implementar estrategias educativas eficaces y efectivas.
Educar a los hijos implica, en un primer momento, un reto emocional y personal como padres. Educar sin gritar pone más a prueba las emociones y la paciencia del adulto que la de los hijos. Es verdad, los menores, desde su nacimiento, tienen su temperamento: enojones, chillones, tranquilos, inquietos, etc. Pero es la suma del temperamento, los padres y la forma en que se educa emocionalmente, lo que da como resultado la personalidad.
No es raro escuchar a padres que, desesperados, gritan, pegan, insultan, o que se estresan fácilmente, y aun así buscan y piden que sus hijos actúen con madurez emocional, cuando eso es algo que se aprende, se modela y se moldea. En este momento debemos mencionar que el respeto se gana con respeto y empatía, no con autoridad.
Ello nos lleva al siguiente punto: los hijos no obedecen. Pensar que deben hacerlo, se le llama adiestramiento, no educación.
La educación pone a prueba la paciencia y emociones de los padres, porque debe mirarse como una inversión a largo plazo, no a corto tiempo.
Que los hijos sigan reglas y límites en casa, es un beneficio para la vida futura, para que sean adultos responsables y guiados por su esquema de valores. Esto implica que habrá ocasiones en que ello parezca un estire y un afloje constante y, realmente, los frutos de esa educación se verán reflejados cuando sean adultos.
La importancia de los límites es educarlos con base al valor del respeto y la responsabilidad, para que, en un futuro, sepan cuidarse a sí mismos, que toda conducta tiene una consecuencia, y que esta debe afrontarla con responsabilidad. Educar con límites claros, ayuda a sus hijos a que sepan decir “no”, y no hagan lo que quieren. Los límites les ayudan a tener un buen control emocional y a ser personas maduras emocionalmente.
Definitivamente, los límites en los niños no solo es un tema de obediencia.
En suma, no tenga miedo, culpa y ansiedad para poner reglas y límites en casa; son la más hermosa demostración de amor hacia los hijos. No los va a traumar ni les hará un daño irreparable, por el contrario, cuando los vea como adultos de bien, agradecerá haber puesto límites.
¿Ya se encuentra emocionalmente listo(a)? si su respuesta es “sí”, tome en cuenta las siguientes recomendaciones para establecer límites con sus hijos.
Los límites no solo son un tema de obediencia, son parte de una educación basada en el respeto, la empatía y el amor. Por ello resulta fundamental para el desarrollo y la vida futura del niño, una educación y disciplina basada en valores y límites.
Si deseas consultar este u otros temas de importancia, llama Centro Nacional de Diagnóstico para las Enfermedades Emocionales : 800 911 66 66, opción 3. Todos los días, en cualquier horario, un grupo de psicólogas te apoyará.