La higiene bucal se define como el hábito y medida de limpieza tanto de la boca como de los dientes, lengua y sus tejidos; es decir, los dientes deben estar libres de restos alimentarios, las encías no deben sangrar o estar inflamadas y no presentarse mal aliento.
Es importante iniciar la higiene bucal desde la primera etapa de la vida y acudir de manera periódica al dentista para una asesoría acerca de las herramientas útiles para conseguir una buena salud dental.
Elementos para higiene bucal:
- Pastas dentales: existen muchos tipos, con fórmulas diferentes para diversos cuidados, por ejemplo: caries, enfermedades periodontales (encías inflamadas, rojas y que sangran con facilidad), sensibilidad dental, para blanquear los dientes, etc. El apoyo del odontólogo es útil para seleccionar el producto adecuado a las necesidades que requiera. El componente principal de las pastas dentales es el flúor.
- Cepillo dental: se conforman de un mango, cuello, cabeza y cerdas. Existen diferentes tipos (eléctricos y manuales), con diferentes cerdas (suaves, medianas o gruesas). Se recomienda cepillarse los dientes de 2 a 3 veces al día y cambiar los cepillos dentales (de preferencia, cada 3 meses). El dentista enseña o perfecciona las técnicas durante las consultas, de ahí la necesidad de visitarlo con regularidad.
- Hilo dental (seda dental): este auxiliar de la higiene bucal es de suma importancia porque previene que se queden restos de alimentos entre los dientes; evita la aparición de placa dental y que se formen sarro o cálculos con el tiempo. El hilo dental llega a lugares donde al cepillo le es imposible entrar; su utilización debe ser previo al cepillado. Están fabricados con nailon y una capa externa de polímero que da mayor resistencia al uso; se pueden encontrar con diversos sabores, tienen flúor y mentol.
- Enjuague bucal: su principal uso es mantener un buen aliento y reducir las bacterias en la boca. Existen diferentes tipos de enjuagues, ya sea como auxiliar o para enfermedades gingivales (encías). Deben utilizarse después del cepillado dental. Entre sus ingredientes principales se destaca el flúor, alcohol, triclosán, cloruro de cetilpiridinio y gluconato de clorhexidina.
- Profilaxis dental (limpieza): es recomendable visitar al odontólogo cada 6 meses o, como mínimo, una vez al año con el fin de prevenir enfermedades bucodentales, asesorarse acerca de las técnicas correctas de cepillado dental o recomendar algún auxiliar para la higiene bucal.

Las medidas para mantener la higiene bucal dependen de la constancia y las necesidades de cada paciente; si se busca ayuda de un profesional de la salud, las recomendaciones, técnicas y los auxiliares bucales serán los adecuados para mantener una buena higiene bucal. Como todo va en conjunto, existen muchos más auxiliares bucales; sin embargo, se han mencionado los más comunes y necesarios para una boca sana.
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