Cansancio persistente, cambios de ánimo sin razón, complicación para controlar el peso, estreñimiento, caída de cabello, piel reseca, olvidar las cosas y dificultad para concentrarse, son algunos síntomas que podrían estar relacionados con la tiroides, una glándula pequeña clave en el equilibrio hormonal.

Cuando su actividad se altera, puede desencadenar síntomas que afectan la calidad de vida, pero que, a menudo, pasan inadvertidos o se confunden con otras enfermedades, explica Karla Martínez Goñi, endocrinóloga.

Por ejemplo, si ha buscado perder peso, pero no lo logra, el hipotiroidismo podría ser la causa, ya que esta condición complica la quema de calorías y favorece la acumulación de grasa, especialmente en el abdomen. También altera el metabolismo lipídico y el sistema gastrointestinal.

El hipotiroidismo dificulta la entrada de glucosa a las células, y puede desencadenar el desarrollo de diabetes tipo 2. Además, afecta el sistema cardiovascular, favorece la retención de líquidos y elevan la presión arterial.

En salud reproductiva, las hormonas son cruciales en el ciclo menstrual y la fertilidad, ya que pueden comprometer la ovulación aumentando el riesgo de irregularidades menstruales, infertilidad o preeclampsia.

La enfermedad genera cambios emocionales que pueden ligarse a un desequilibrio hormonal. Fatiga constante, “niebla mental” o lluvia de emociones, depresión y ansiedad son síntomas comunes cuando las hormonas no están en el mejor balance.

Son las hormonas tiroideas las que influyen directamente en la producción de neurotransmisores como la serotonina, y ello afecta nuestro estado de ánimo.

Consultar un médico endocrinólogo y realizar un perfil tiroideo de manera periódica, ayuda a evaluar su funcionamiento general e identificar alguna anomalía.