Sufrir un golpe en la práctica de un deporte, por un accidente de trabajo o automovilístico, o quizá por una caída, puede traer consecuencias para la salud, desde muy leves hasta algunas más graves.

En accidentes leves solemos decir: “Sí, me dolió, pero no mucho”; sin embargo, en ocasiones en las que el suceso fue mayor, pasan los minutos y el dolor se intensifica, además de mostrar inflamación y, muchas veces, incapacidad para mover la zona lesionada.

Antes de poner un remedio casero o automedicarse, es importante revisarse con un médico, pues es probable que se trate de una fractura.

De acuerdo con la Guía de práctica clínica, una fractura, completa o incompleta, es una ruptura del hueso, resultante de la aplicación de fuerzas excesivas sobre él.

Los síntomas evidentes son:

• Extremidad (pierna o brazo) o articulación fuera de su lugar habitual o deformada
• Dolor intenso
• Entumecimiento
• Inflamación
• Hormigueo
• Movimiento limitado
• Hematoma o sangrado
• En algunos casos, es posible que exista ruptura o perforación de la piel

Lo importante después de una fractura:

• No mover a la persona
• Tampoco tratar de alinear o acomodar el hueso en su lugar
• En la medida de lo posible, inmovilizar con algún objeto rígido y trasladar a la persona a urgencias hospitalarias y, de ser necesario, llamar a una ambulancia.
• Si no hay una herida, se puede aplicar hielo envuelto en una toalla sobre la zona de la lesión
• No dar a la persona ningún tipo de medicamento, ni alimentos

Como parte del tratamiento se colocará un yeso o férula; en casos complicados o graves, la solución es la cirugía para devolver el hueso a su posición. El descanso, la inmovilización y la revisión médica son los mejores aliados para una recuperación exitosa.

Fundación Best, ¡unidos para ayudar!

Referencia:

Tratamiento de la fractura de pie en los adultos. México: Instituto Mexicano del Seguro Social, 2011.

https://www.cdc.gov/niosh/falls/es/about/acerca-de-las-caidas-en-el-lugar-de-trabajo.html