Como cualquier parte del cuerpo, nuestra cavidad oral debe recibir los cuidados para tener buena salud. Normalmente, tenemos conocimiento de las técnicas necesarias para evitar caries, sin embargo, en ocasiones, llevamos a cabo una serie de malos hábitos orales que causan enfermedades.

Algunas de las prácticas que nos afectan:

• Cepillado excesivo: aunque lavar nuestros dientes es fundamental para evitar procesos infecciosos, aplicar un exceso de fuerza en el cepillado puede desgastar el esmalte de las piezas y generar pérdida de la encía, así como la formación de hendiduras, manchas y sensibilidad.
• No cambiar el cepillo a su debido tiempo: cuando ha perdido la resistencia de sus cerdas y se encuentra “achatado”, es ineficaz para realizar un correcto barrido de las piezas dentales y eliminación de la placa dentobacteriana. Lo recomendable es cambiarlo cada 3 o 4 meses, o si se ha tenido alguna enfermedad respiratoria reciente.
• Utilizar los dientes para morder o cortar objetos: ya sea por estrés, ansiedad, aburrimiento o para cortar un producto (envoltura, cinta, etc.), puede dañar el esmalte e incluso fracturarlos.
• El uso de palillos o mondadientes: además de no estar esterilizados, pueden dejar astillas que llegan a provocar daño en la encía y favorecer infecciones. Aunque son utilizados para retirar restos de alimentos de los espacios interdentales, suelen empujar más los residuos y causar acumulación de placa. El uso constante de ellos aumenta el riesgo de sufrir recesión gingival: la encía se retrae y deja expuesta la raíz del diente. La alternativa es el uso de seda, hilo dental o cepillos interdentales.
• Fumar: el tabaco o el uso de cigarros electrónicos tienen variadas consecuencias:

·  Manchas y oscurecimiento de las piezas dentales

·  Mal aliento

·  Enfermedad de encías, movilidad y pérdida de dientes

·  Cáncer oral

• Alimentos altamente ácidos: morder constantemente alimentos cítricos puede dañar nuestro esmalte dental y, a largo plazo, producir sensibilidad.
• Masticar hielo: los dientes no están diseñados para ello. Hacerlo lesiona el esmalte y podría terminar fracturando el diente. Además, si hay restauraciones cerca de esta fractura, existe el riesgo de que el empaste se caiga y deje la pieza expuesta a caries.
• Succión de los dedos o los labios: esta conducta, común como uno de los malos hábitos orales en niños, puede prolongarse hasta la edad adulta. Causa diversas alteraciones:

·  Apiñamiento de los dientes

·   Maloclusiones (alineación incorrecta de los dientes)

·   Retraso del crecimiento de los maxilares

·  Respiración bucal

La salud bucal depende de varios factores, más allá de mantener una buena higiene. Conocer y detectar acciones comunes que pueden dañar nuestra salud cumple un papel fundamental en nuestro bienestar.

Es importante visitar periódicamente al profesional de la salud para disipar cualquier duda. En Fundación Best contamos con más de 600 consultorios odontológicos en el país. ¡Atentos a servirte!