De acuerdo con los registros de Vigilancia Epidemiológica en México (Sivepab, 2021), las tres principales enfermedades que afectan la salud bucal de los mexicanos adultos (20 a >99 años), de mayor a menor, son:

1. Pulpitis (inflamación del nervio dental), causada en específico, por la caries dental
2. Problemas en la encía (gingivitis y periodontitis), con inflamación, sangrado y pérdida del aparato de sostén del diente
3. Abscesos periapicales con fístula (inflamación y secreción de pus, debida a una infección dental que progresó afectando hueso y tejidos blandos)

Aunque la enfermedad bucal más conocida en el mundo es la caries, la boca también puede estar expuesta a otros padecimientos que afectan tanto a los tejidos blandos (encías, mejillas, lengua), como a los tejidos duros (dientes y hueso). Dañan de forma distinta a niños y adultos y, por lo que, en esta ocasión, comentaremos las diferencias, los factores de riesgo y sus consecuencias en las personas mayores de 20 años:

1. La pulpitis se caracteriza por un dolor intenso, debido al consumo de alimentos fríos, dulces o ácidos, por la masticación, o bien, puede surgir espontáneamente, por las noches, al momento de estar acostado. A diferencia de la sensibilidad dental, la pulpitis genera un dolor dental agudo, incómodo, que permanece y necesita de analgésicos. De acuerdo con los datos de Vigilancia Epidemiológica de México, en 2021, las personas de 35 a 54 años tuvieron mayor afectación.
2. La gingivitis y periodontitis son fases de inflamación en la encía, donde se presenta sangrado y, como consecuencia, se pierden los tejidos de soporte del diente (encía y hueso). En caso de avanzar, los dientes se aflojan y sobreviene su pérdida. En México, las personas de 45 a 59 años presentan algún problema en sus encías que, generalmente, se incrementará con la edad. En la actualidad, 9 de cada 10 adultos mayores tiene pérdida total o parcial de sus órganos dentarios.
3. Los abscesos dentales son una infección donde sale pus por la encía, se presenta con dolor dental e inflamación en una zona cercana a un diente con caries. Principalmente, se generan a partir de una lesión cariosa que avanzó, llegó al nervio, generó pulpitis aguda, no se atendió y las bacterias progresaron alojándose dentro de la raíz y el tejido de soporte. Los abscesos dentales suelen presentarse en los adultos entre los 30 y los 54 años.

Los tres tipos de enfermedades bucales mencionados cuentan con factores de riesgo en común:

• Presencia de bacterias dentales
• Mala higiene
• No acudir al odontólogo, por lo menos, cada 6 meses a una revisión y limpieza dental

En el caso de caries y abscesos dentales, un factor de riesgo de relevancia es el alto consumo de alimentos ricos en azúcares. Estos alimentos son consumidos por las bacterias orales (principalmente, del tipo estreptococos y estafilococos). Si no existe una limpieza adecuada y una remoción restos alimenticios con el cepillado dental diario, los ácidos pueden crear lesiones de caries en las caras masticatorias de los dientes. De no ser atendidas, avanzan hasta el nervio del diente, lo infectan y, después de cierto tiempo, inflaman la encía por la acumulación de pus, generan dolor dental y enrojecimiento en la zona afectada.

Con la gingivitis y periodontitis, un factor de riesgo importante es una alimentación blanda, es decir, suaves y fáciles de masticar. Lo adecuado es consumir una mayor cantidad de alimentos fibrosos, como las manzanas, zanahorias y jícamas que, al morderse, favorecen a una adecuada estimulación de la encía y los tejidos del soporte.

Afortunadamente, nuestra primera arma es la prevención, con medidas como las siguientes:

• Cepillado dental: deberá efectuarse, por lo menos, 3 veces al día, en encías y superficies dentales
• Reducción en el consumo de alimentos y bebidas azucaradas: sustituirlos por alimentos detergentes fibrosos como las manzanas, jícamas, peras y zanahorias
• Acudir al dentista para una revisión y limpieza dental profesional cada 6 meses

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